En Tamaulipas dan clases 22 mil 523 docentes que no acreditaron las evaluaciones aplicadas en 2012 y están frente a 6 mil 465 grupos en donde tienen a su cargo a 316 mil 803 estudiantes de nivel básico, lo que representa 44 por ciento del total. En los municipios de Tampico, Madero y Altamira, existen 12 mil 472 maestros, de los que 5 mil 487 obtuvieron menos de cinco en la prueba y dan clases a 268 mil 820 alumnos. El aún delegado de la Secretaría de Educación Pública, Agustín de la Huerta, indicó que la última evaluación aplicada al magisterio reveló que 44 por ciento de los profesores al frente de un grupo están calificados por debajo del cinco, mientras que 56 por ciento tiene nota de regular a buena.
Para el director del área de Ciencias del Comportamiento de la Universidad el Noreste, Eliel Luna Rodríguez, la descomposición social en Tamaulipas y en toda la República, es un reflejo de las deficiencias que arrastra en sistema educativo.
Advirtió que en la medida que el sistema educativo crezca, aumentará la estabilidad y si no imperará la descomposición social por la ausencia de ciudadanos críticos que deciden lastimarse entre sí.
“Eso nos habla de que socialmente la escuela no ha podido sola hacer transformaciones en la comunidad, necesitamos un trabajo integral, la educación tiene que redefinirse, los papás no deben pensar que la escuela es una guardería de niños”, indicó.
Para el académico la vocación es un factor importante para convertirse en docente, pero no es el único, se requiere fundamento académico que exige al maestro más preparación, estudiar posgrados y mantenerse a la vanguardia en tecnología.
Sin embargo, advirtió que el propio sistema impide que el profesor cubra los estándares para elevar la calidad educativa porque demanda que en ocasiones trabaje hasta 40 horas, “aparte tiene que atender a su familia y sobrevivir, se necesita replantear la labor docente”.
Dijo que mientras países con altos índices educativos como Finlandia posicionan la función del maestro como una de las 20 profesiones más importantes, es respetado y existe una rigurosa selección, en México cualquiera puede convertirse en profesor.
Hace unas semanas el secretario de Educación en Tamaulipas, Diódoro Guerra Rodríguez, reveló que había mil 500 profesores que no reunían el perfil. Al respecto, el secretario de la comisión de Fiscalización, Transparencia y Rendición de Cuentas de la coordinación de la región 8 del SNTE, Oscar Tovías Montalvo, respondió que ese personal era ubicado como apoyo educativo o de plano se fragmentaban las horas a quienes no podrían estar frente a grupo.
“Si soy maestro de primaria puede entrar un familiar mío que sea maestro de primaria o de secundaria, pero que tenga afinidad con la carrera, pero si es arquitecto o ingeniero hay que desbaratar las horas y ponérselas de conserje, entonces eso se hace más difícil”, refirió Tovías.
En su caso, Luna Rodríguez sostuvo que en México persisten costumbres medievales como la de convertirse en maestro por herencia y ocupar una plaza no es para los más aptos, sino para los mejor acomodados.
Opinó que la educación en el estado y a nivel nacional se encuentra por debajo de las expectativas de los padres de familia y de las necesidades actuales de los estudiantes. “Podríamos hablar demagógicamente y decir que los estándares de la educación son muy altos, pero lo que estamos viendo en la sociedad es otras cosa, quiere decir que en algo nos hemos equivocado”, expresó.
El académico calificó como un reto complicado la situación por la que atraviesan los niveles de primaria y secundaria, refirió que en estos dos la responsabilidad del maestro es mucho mayor, ya que implica elevar sus competencias con nuevas habilidades y estar en capacitación permanente.
“Cada vez el maestro tiene que saber más cosas, se multiplica la responsabilidad docente porque es un factor de cambio en el que tiene que empezar por sí mismo”, manifestó.
Puntualizó que el maestro también debe conocer la problemática de su entorno, que engloba factores como la violencia y generar estrategias para un ambiente de aprendizaje que les permita a los estudiantes desarrollar competencias conceptuales, de procedimiento y actitud.
“Es parte de la modernización que la educación tiene de manera natural, hoy lo que se busca de un niño no es que aprenda a hacer grafías o dibujos o que recorte y peguen, se busca que se empiece a formar un ciudadano que está bombardeado de tecnología, de medios e información, entonces el maestro tiene que estar en esa misma sintonía”, anotó.
Expuso que el preescolar es una etapa fundamental en la formación educativa, ya que es el primer encuentro escolarizado de un niño y define situaciones como la integración, personalidad, su lugar en el grupo, respeto a los demás y a las reglas.
Comentó que la UNE ofrece maestrías y diplomados dirigidas a los profesionales de la educación, mismas que en su mayoría son cursadas por egresados y profesores de escuelas privadas.
Detalló que de 20 estudiantes por grupo, solo cinco provienen de escuelas púbicas de la zona, ya que es la SEP quien se encarga de capacitarlos.
Aún así, los maestros oponen resistencia, de acuerdo con el coordinador de profesionalización del SNTE, Mario Guerrero Chan, 50 por ciento de los profesores rechazaron capacitarse porque no están contemplados dentro del programa de carrera magisterial. Es decir, solo toman cursos quienes tienen posibilidades de escalar en el escalafón y obtener un mejor sueldo.
[Milenio]