Después de la debacle en Chiapas, Cruz Azul no se podía permitir otra burla a su casa. Por eso fue hora de despertar, de ganar en su estadio y que Christian Giménez, regresara.
Porque es verdad, el “Chaco” ya había jugado desde hace dos partidos, no se había mostrado en su nivel, pero esto se dio cuando más lo necesitaba la Máquina.
Cruz Azul venció al Atlante 4-0 con lo que se quita la malaria de no sumar de a tres en casa, llegar a 17 puntos y recomponer el camino en pos de una calificación.
Los Potros intentaron dar pelea, pero ante lo corto de su plantel, apenas si metieron las manos. Diferencias de nómina, de nombres y de hombres, apenas pudo cabalgar el Potro.
No fue un genial partido de los cementeros, pero al final mostraron la diferencia que hay entre equipos y el triunfo fue una merecida recompensa.
Puras fintas hubo al inicio del juego hasta que llegó Gerardo Torrado pasados los 20 minutos y puso a trabajar a Jorge Villalpando.
Fuera de eso el partido fue de puras buenas intenciones, pero de pocas acciones. Cruz Azul con un intento desesperado de Guillermo Vázquez de recomponer el camino y por fin ganar en casa, metió a Christian Giménez de inicio, para buscar una cara más alegre; en tanto queRicardo La Volpe, con lo que puede y tiene, trataba de no perder y sin perder rescatar algo.
La banda derecha era la que mandó a trabajar Vázquez para el juego. Aunque “Chaco” nominalmente jugaba por la izquierda, era por el lado diestro donde los ataques de la Máquina se concentraban, aunque una y otra vez se estrellaban ante la bien parada zaga azulgrana, llena de jovencitos que al ataque inquietaban a la defensa local, pero hacían pasar más corajes a un pobre La Volpe, que hace lo que puede con lo que tiene.
“El Chaco” despertó y por lo menos los azules ya pisaban el área contraria. Y fue de Giménez, quien más, de quien nació la jugada del gol ansiado de Mariano Pavone quien se estrenó al fin, en casa.
El tanto le dio enjundia a los cementeros que bombardearon la cabaña de Villalpando, quien en tres ocasiones, a remates de Javier Orozco, Javier Aquino y Gerardo Flores, salió airoso gracias a grandes lances.
Atlante, a pesar de tener a sus figuras como Esteban Paredes, lesionada, a Valdo vacacionando en Cancún y Maidana calentando la banca, piso territorio rival, no lo suficiente para exigir a JJ Corona, pero sí para presagiar que no iba a vender barata la derrota.
El intento de reacción del Atlante comenzó con el ingreso de Francisco Fonseca, un “Kikín” que quería revivir aquellas tardes de gloria como cementero, pero sin balones, sin ataque, poco a nada pudo hacer el otrora ídolo.
Cruz Azul siguió intentando meter el de la tranquilidad. Aquino, urgido de aplausos fue quien más buscó hacerse notar pero sin tino y quien si lo tenía, era el Chaco, en la noche de su regreso., en la noche en que le dijo a Cruz Azul: Aquí me tienes. Tomó el balón detrás de media cancha y nadie se lo pudo quitar y antes de entrar al área sacó un disparo que venció la estirada de Villalpando; y ya desfondados, al fin Aquino pudo hacerse presente en el marcador gracias a un error del portero atlantista.
Lo que quería La Volpe es que el juego se acabara y es que no había forma de responder ante la pobreza de plantel. Israel Castro recordó sus mejores momentos y de fuera del área anotó el cuarto cerca del final del juego.
Al fin., Cruz Azul despertó., ya pitó en casa y lo mejor, tiene al Chaco de regreso.
[Central Deportiva]