Fueron cinco meses muy duros, muy desgastantes, en los que de lejos veía cómo el balón rodaba y él, él, no estaba detrás
Pablo Barrera ha vuelto a las canchas. El juego contra el Irapuato en la Copa MX lo despertó del sueño y está de nueva cuenta en la lucha.
—¿Los meses más difíciles de tu carrera?
“Quizá, aunque lo más difícil sería no tener trabajo, no tener que darle de comer a tu familia, fue duro no verte en la cancha”, responde el mundialista mexicano.
Esos cinco meses sirvieron de reflexión, sirvieron para saber dónde estaba parado y la familia, como siempre, fue el refugio.
“Pasé el tiempo con mi familia, con mi esposa, mi hija, mi mamá, quienes siempre te apoyan, son los que incondicionalmente están contigo”, asegura.
—¿Te olvidaste del futbol por un tiempo?
“¡Para nada! —responde muy seguro—. Siempre tuve en mi mente mi regreso, contaba los días, pero sobretodo, me concentraba en mi rehabilitación, en estar bien, sano para no volver a recaer; [y es que] la lesión no fue para tomarse a la ligera, era algo serio”.
Mas ha vuelto y con la presión en su espalda, ya que con la ida de Javier Aquino a Europa, se espera que Barrera sea la llave que necesita La Máquina: “En un equipo, no hay hombre que solucione solo todos los problemas, son los 11 que están en la cancha, más los que esperan en la banca, los que ayudan a que un conjunto salga adelante”, recalcó.
El técnico Guillermo Vázquez mencionó que Barrera saltaría a la banca en el juego contra Tigres.
“Estoy a las órdenes del técnico. Sé que debo ir poco a poco. El primer paso ya se dio, jugué, todo ahora es ganancia”, finalizó.
[Central Deportiva]