A punto de cumplir 40 años de edad el próximo 1 de febrero, Óscar Pérez se siente en condiciones para jugar algunos torneos más, pero es consciente de que su carrera está cerca del final.
El portero del San Luis y ex de Cruz Azul, al que volverá a enfrentar este sábado, dice no pensar en plazos sino en tratar de escuchar a su cuerpo, que le avisará del momento para decir adiós.
Tras la muerte de Miguel Calero, quien disputó su último torneo a los 41 años de edad, el “Conejo” se convirtió en el jugador más longevo de la Liga mexicana, situación que no le incomoda, ni siquiera porque en el vestidor del San Luis le digan “viejito”.
“Me encuentro en una etapa bonita, obviamente ya estamos en la recta final, yo sé que no voy a jugar 10 años más como cuando uno es joven, pero creo que tengo un poquito de cuerda”, manifiesta en entrevista con Medio Tiempo.
“No sé cuánto tiempo más, yo creo que el tiempo me lo va a ir marcando, ya veremos cuándo es el momento de retirarme porque físicamente me he sentido muy bien”.
En el mundo, casos a los que aspira el “Conejo” son como el de Romario, quien se retiró a los 42, o del portero de Italia, Dino Zoff, quien todavía jugó a los 41.
“De que estoy consciente de que soy el más grande de la Liga, eso que ni qué”, acepta. “Inclusive ahí vacilamos en el vestidor con los compañeros, que me dicen ‘viejito’”.
Aunque asegura que esta etapa es agradable por ver todo lo que ha conseguido (un título con Cruz Azul en el Invierno 1997 e ir a los Mundiales de Francia ’98, Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010, estos últimos dos como titular), el guardameta aclara que en San Luis es difícil disfrutar toda la actualidad porque tienen que pelear desde abajo en la tabla.
Lo que sin lugar a dudas todavía le produce emoción es volver al Estadio Azul y reencontrarse con la afición, así como con amigos como Gerardo Torrado y Julio César Domínguez, unos de los pocos celestes que quedan de su época en La Noria, la cual dejó tras el Clausura 2008.
Con San Luis, el “Conejo” sólo tiene este torneo de contrato. Y si bien sabe no ve lejos el retiro, todavía no define su siguiente actividad, aunque se inclinaría más por trabajos formativos en el futbol.
«La verdad que no me quiero adelantar, yo no sé si un año más voy a jugar, yo no sé si seis meses más, vamos a ver cómo me va respondiendo el cuerpo y obviamente un poco los resultados”, explica.
Por ello, considera que es un mito que el retiro debe llegar antes de los 40 años, aunque acepta que los años ya le pasan factura, sobre todo fuera de la cancha.
Este 2013 no sólo marcarán sus cuatro décadas de vida sino las dos como profesional, ya que debutó un 21 de agosto de 1993.
“Sí he sentido ese cambio o la edad, porque me tardo más en recuperarme, ya queda uno más golpeadillo, pero bien”, agrega.
[MEDIOTIEMPO]