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José de Jesús Corona es el mejor portero de México. El ser titular de la Selección Mexicana lo encarama en ese sitio, aunque muchos ponen en duda ese “mote”, dado el nivel que muestra Guillermo Ochoa en el futbol de Francia.
Aunque los buenos momentos del dueño de la cabaña de Cruz Azul lo ponen en la palestra. Mas hay un deseo sin cumplir.Corona lo tiene todo: nivel, fama y estabilidad personal y profesional, pero le falta algo: “El título”.
El título con Cruz Azul.
“Agradezco todo lo que he vivido, bueno y malo, con Cruz Azul. He aprendido como deportista y como persona. Pero sí, me falta el título”.
Un título que llega en los sueños del tapatío. En lo más pesado de la somnolencia, Chuy se siente cerca de la Copa, siente que está a punto de tocarla, de levantarla, pero despierta y la realidad pega: el trofeo, se niega. “Sueño, y trato de alcanzar este sueño en Cruz Azul. Sé de la necesidad, sería importante en mi carrera”.
A pesar de quince años de intentos, de estar a un penalti, a un partido y no conseguirlo, La Máquina lo vuelve a intentar, aunque la fe de la afición a veces se resquebraja.
—¿Por qué ahora sí creer?
—Porque hemos madurado, hemos recibido golpes y hemos crecido. Todo lo que ha ocurrido nos tiene que sacar a flote. Ya todos sabemos lo que es estar abajo, ahora sabemos qué hay qué hacer y qué no.
Jesús Corona, quien nació atlista, y fue chiva por un día, se siente todo un cementero. Asegura que aquí ha crecido y que su sangre ya es toda azul. “Poco a poco te involucras en la pasión que es Cruz Azul. La sangre es azul. Estoy muy agradecido con el club. Me trajo el profe [Enrique] Meza, pero el entrenador de porteros Roberto Pérez me ha apoyado en todo, en las buenas y en las malas y se ha preocupado por mi superación personal”.
Los clásicos
Sabe que a los azules no se les permite perder ciertos partidos: uno de ellos es contra Chivas. Por eso es un clásico. “Son partidos especiales, siempre hay una motivación extra, no se pueden perder”.
Así como sueña con el título, también soñó con jugar este tipo de partidos, como lo hizo su tío Gilberto Coco Rodríguez, quien vistió la casaca rojiblanca y su otro tío Stéfano Rodríguez, quien era rojinegro. “De niños los observaba, quería ser como ellos. Soñaba ser profesional y vivir ese tipo de momentos”.
En Atlas aprendió la rivalidad contra Chivas. “Eran duelos intensos, tanto en el campo como en la tribuna, hasta como con los mismos directivos”. Sabía que contra Guadalajara no se podía perder. “Viene tu misma porra para apoyarte en la semana. Ahí te das cuenta de lo que es”. Hoy es azul y la rivalidad queda. “He vivido este tipo de encuentros. La rivalidad existe y siempre se va a quedar. Hoy defiendo a mi equipo, doy la cara y el pecho por él”.
—¿Si se pierde un clásico, se debe salir a la calle?
—Pues tratas de no salir, ni ganas tienes. Lo único que quieres es quedarte en casa y olvidarte de todo. Pega duro. Y como es de sangre azul, sólo le queda creer y que sus sueños al fin se hagan realidad.
[Central Deportiva]
