El 7 de mayo se inaugurará el museo dedicado a «Abba», que en sus años dorados vendió más de 180 millones de discos en el mundo
El nuevo museo de Abba en Estocolmo no tiene en su entrada un “Yellow Submarine” que ofrecer a sus visitantes, como el museo de los Beatles en Liverpool. Pero a partir del 7 de mayo, los fans del cuarteto sueco podrán bailar allí el “Dancing Queen” de Abba y convertirse en el quinto miembro de la banda, rodeado de hologramas tridimensionales a tamaño real de Anni-Frid, Agnetha, Benny y Björn.
Hasta su disolución, en 1982, Abba vendió más de 180 millones de discos en todo el mundo, con hits como “Waterloo”, “SOS” o “Money, Money, Money”. Treinta años después, Björn Ulvaeus es uno de los que más se ha implicado económicamente en el museo dedicado a la banda. Allí, a lo largo de sus 5 mil metros cuadrados de exposición, los visitantes pueden contemplar todo tipo de recuerdos de aquellos años dorados (1974-1982), desde sus legendarios zapatos con plataforma a sus míticos trajes setenteros.
También vuelve a estar allí el famoso pero temporalmente desaparecido estudio de grabación Polar. La comisaria de la exposición, Ingmarie Halling, encontró la mesa de mezclas “en Internet”, cuenta en el diario “Svenska Dagbladet”. Halling había trabajado como estilista de Abba en el pasado.
Los antiguos miembros del cuarteto han mostrado de forma muy diferente su interés en el museo. Agneta Fältskog, de 63 años, no acudirá ni a la inauguración oficial ni a la presentación previa a la prensa, que se realizará la víspera. “Se encuentra en Londres promocionando su disco en solitario”, señaló la portavoz del museo, Lotta Balodis. Pero sí habrá photocall con Anni-Frid Lyngstad (67) y Benny Andersson (66).
El único que responderá a las preguntas de los medios será Björn. Y como siempre que se trata de algo relacionado con Abba, será inevitable que le planteen el posible regreso de la banda. Recientemente, Fältskog declaró en una entrevista con “Zeitmagazin” que, pese a su fama de estar cansada de Abba, no es por ella. “¿Quizá un concierto con fines benéficos?» Ulvaeus, en cambio, dijo al «Svenska Dagbladet” que “cierra la puerta”.
“Si eres un turista extranjero, conoces un par de marcas suecas, como Ikea y Abba. En Estocolmo, a la gente le interesa mucho menos”, dijo sobre el futuro que prevé para el museo. Al menos en cuanto a la iniciativa, ha influido el éxito del museo de los Beatles en Liverpool. Pero en lo musical, Ulvaeus rechaza toda comparación con el cuarteto británico: “Ellos son los más grandes, son dioses.”
[Vanguardia]