La blonda se sinceró sobre su música
Taylor Swift es famosa por transmitir sus sentimientos con su música, pero la cantante tuvo que poner sus emociones a un lado para su último rol cinematográfico.
En la película The Giver, la estrella pop de 24 años interpreta a una mujer sin emociones y actúa junto a otras estrellas como Meryl Streep, Katie Holmes, AlexanderSkarsgard y Jeff Bridges.
Y, tomando en cuenta que estamos acostumbrados a una cándida Swift que no teme abrir su corazón ante sus fans, ese papel seguramente fue un reto para ella.
“Para mí las emociones son una parte tan importante de mi vida y de mi trabajo”, dijo en una entrevista reciente con Entertainment Tonight.
Continuó admitiendo que su música no sería tan popular si no estuviera dispuesta hablar sobre el amor y el despecho. “La gente no escucharía mis canciones si no fueran de despecho, o sobre el dolor, y tristeza y todas esas cosas de las que escribo”, confesó.
Y aunque haya salido de su zona de confort para la película dirigida por Philip Noyce, la estrella pop volvió a su actitud habitual cuando asistió al concierto de Ingrid Michaelson junto a su mejor amiga, Karlie Kloss ayer en la noche en Nueva York.
La rubia bailó y cantó al son de la canción Afterlife de Michaelson.
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