Reynosa, Tamaulipas.- La tamaulipeca Miriam Martínez se convirtió el pasado sábado 9 de noviembre en la primera mexicana en postularse como precandidata a la gubernatura de Texas por el Partido Republicano. Madre soltera, con tres hijos, afirma que quiere poner fin a los abusos contra los migrantes, a la violencia doméstica, a la corrupción, a la inseguridad y se declara en favor de legalizar el uso de mariguana con fines medicinales. Originaria de Reynosa, con 41 años y de profesión periodista, revela que desde muy chica su madre se la llevó a vivir a Edinburg, Texas, para protegerla de la violencia doméstica y el abuso sexual que sufrió en su hogar.
Miriam y su madre lucharon por 26 años en Texas para conseguir su ciudadanía estadounidense; tuvieron que pasar por muchas amarguras y aguantar la grave corrupción del sistema gubernamental texano, pero finalmente en 2010 le otorgaron su documento.
«Dios ha respondido a mis oraciones al permitirme buscar el más alto cargo: la gubernatura en esta tierra que amamos, Texas».
Y agrega: «El abuso, la pobreza extrema, la intimidación y las oportunidades limitadas no me impidieron salir adelante, ni frenaron mis aspiraciones para alcanzar una vida mejor aquí en Texas. Me mudé al futuro, a pesar de las abrumadoras probabilidades en mi contra«.
Su experiencia para lograr la ciudadanía estadounidense la hizo especializarse en temas migratorios y le inyectó ánimo para luchar por ese sector.
Por ello se postula ahora para contender por la candidatura del Partido Republicano a la gubernatura de Texas, y lograr la cristalización de una reforma migratoria estatal, que obligue a que «se respeten verdaderamente los derechos humanos de las personas».
Asegura que su vida en la política se inició en el Partido Demócrata, pero abandonó sus filas porque no era lo que ella esperaba y porque «vive lleno de corrupción, de malos manejos, y es el principal responsable de que hoy en día esté quebrantado, en la lona» el tema migratorio.
En el Partido Republicano le dieron en 2012 la oportunidad de postularse para representante estatal en el Congreso texano, pero perdió ante el demócrata Bobby Guerra.
Martínez ahora busca postularse a la gubernatura y lo hace sin apoyo, «sin un dólar partido a la mitad», a pesar de que compite en la nominación con cuatro figuras republicanas de peso: Tom Pauken, Lisa Fritsch, Larry Kilgore y el actual procurador de justicia, Greg Abbott.
Confía en que lo va a lograr, que va a ganar, porque los votantes texanos se identifican con ella, quieren un cambio total.
Va por apoyo de Slim
Manejando su automóvil Jetta 2007, vestida con pantalón y un abrigo azul, la candidata cruzó el puente internacional Hidalgo-Reynosa para viajar a la ciudad de México, donde sostendrá una reunión con el empresario Carlos Slim, quien -asegura- apoyará su campaña política, ya que comparten «la misma preocupación en el tema de migrantes».
Afirmó que se reunió a principios de año con funcionarios de alto nivel de la Presidencia de México. «Allí me trataron muy bien. Les expliqué dónde se nos está cayendo la pelotita, cuál es la información más vital que debemos de saber y cuál es la información que Estados Unidos o que los políticos corruptos no quieren que tengamos y eso pone una barrera para el propio estado de Texas y para la frontera norte de México».
Asegura que el apoyo del empresario mexicano Carlos Slim Helú será una bendición para ella, porque tiene todo para ser gobernadora, sólo le falta ese respaldo que le permita a su campaña despuntar más y vencer los obstáculos que ya le han puesto en el camino sus propios contrincantes de partido.
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