Una auténtica final de locura transformó al Monterrey en el segundo tricampeón de la historia de la Concacaf, tras un épico triunfo sobre el Santos Laguna. La Pandilla se levantó de un tempranero 0-2 y terminó, en la agonía, por remontar 4-2 para hacerse de la Liga de Campeones, lo que les permitirá disputar, una vez más, el Mundial de Clubes.
Sí, se la volvieron a aplicar al cuadro lagunero, que ya se veía con la revancha en las manos, pero terminó por caer en un final inolvidable, que le dio al Rey Midas Víctor Manuel Vucetich su tercera Concachampions, que se suma a sus cinco títulos de Liga y a sus dos Copas. Todo un monarca histórico en el balompié mexicano.
Después de ejercer un dominio abrumador sobre su oponente, al minuto 38, el Santos al fin logró romper el cero que habían experimentado desde el encuentro de ida.
Oribe Peralta ingresó por el centro y abrió para Iván Estrada, quien sacó centro que encontró a Quintero en claro fuera de juego. El árbitro dejó correr y en primera instancia no trascendió, porque la zaga rechazó, pero en el rebote, Édgar Gerardo Lugo la volvió a filtrar para encontrar a Quintero, quien esta vez fusiló.
El silbante Marco Antonio Rodríguez dejó correr y dio por bueno el tanto, pese a que en la primera acción el colombiano se hallaba adelantado, cosa que no percibió su auxiliar, Marcos Quintero.
En el arranque del complemento (50′), el Santos amplió la ventaja en el cobro de un tiro de esquina. El panameño Felipe Baloy le ganó el brinco a Jesús Zavala y cruzó su remate para superar a Jonathan Orozco.
La historia parecía sentenciada, pero 10 minutos después, Jesús Corona desbordó por derecha y sacó un centro a segundo poste que prendió Aldo de Nigris para sacudir las redes de Oswaldo Sánchez.
A siete minutos del final, Neri Cardozo -quien había sentenciado el título del año pasado ante el mismo rival- disparó de media distancia y sorprendió a Oswaldo, quien se tardó en lanzarse por el balón.
Enseguida, al 86′, El Chupete Suazo cobró un tiro libre y Aldo de Nigris marcó su segundo de la noche. Sí, la locura. La puntilla la coronó Suazo, en una maniobra de Zavala.
[Central Deportiva]