Compositor, cantante y productor, siempre está dispuesto a aprender; esto nunca termina, dice
A más de 30 años en la escena musical, el cantante Pepe Aguilar dice ya no sentir nervios antes de salir al escenario, pero sí siente muchas ganas de percibir las primeras notas en cada concierto y que el público lo escuche.
Inmerso en un mundo de composición, canto y producción, desea aprender de las nuevas generaciones y las nuevas formas de comunicarse con la tecnología.
“Creo que es una carrera de un eterno comenzar, nunca acabas. Yo no siento que he llegado a ningún lado, para mí el estar constantemente trabajando en lo que me gusta es un camino más que un destino; he sido un hombre que ha tenido éxito en sus proyectos pero continúa caminando y así lo seguiré haciendo».
Como uno de los primeros artistas mexicanos que se convirtió en independiente, en el año 2000, disfruta del éxito de su EP Más de un camino, que tuvo su tiempo, espacio, ilusiones y sonido propios y fue la segunda parte de Negociaré con la pena, que incluyó exitosos sencillos.
“Siempre un disco es un nuevo reto y significó un escalón más en esta escalera de mi carrera. Si te duermes te lleva la corriente, especialmente en estos tiempos donde la gente está tan distraída y los medios de comunicación bombardeados de información; que te reciban un disco como recibieron mis dos anteriores es motivo de celebración y agradecimiento”.
Sin embargo siempre cuenta con nuevas ideas, por lo que tiene varios proyectos en puerta: uno de ellos es un disco homenaje, otro con la mayor parte de sus creaciones y una gira más extensa (festejará con las mamás mexicanas hoy en la Feria de Puebla).
Recientemente firmó un contrato para hacer un reality show con una compañía inglesa y trabaja con Taboo, de los Black Eyed Peas.
“Normalmente compongo solo, pero también he compuesto con muchos otros autores como Fato, que es mi hermano de carrera, o con Reyli. De repente hay colaboraciones pero me siento más cómodo haciéndolo solo”.
Apoyo total a sus hijos
“Tienen su propia manera de pensar, yo solamente soy un guía, les digo lo que conozco con la mejor de las intenciones, pero a fin de cuentas ellos están tomando su propio camino. Les ayudo con consejos, experiencia, recursos y producción. Es como pajaritos, que de repente sus papás les dan de comer hasta que llega un momento en que los avientan a volar”.
Ángela y Leonardo, de nueve y 14 años, cuentan con sus propios proyectos musicales, por lo que Pepe los ha educado abiertamente a lo que les ofrezca la vida como mexicanos y, al mismo tiempo, aprendiendo de otros países sin estigmas sociales ni ataduras culturales.
“Me da un poco de temor que no vivan su infancia como algunos otros amigos, pero sinceramente yo no creo en una normalidad; es muy subjetivo, cada quien tiene su propia realidad y entre menos te etiquetes o te quedes en tu burbujita cultural mejor para ti”, refirió.
[El Universal]