Brooke Greenberg, era una chica estadounidense con un desconocido síndrome que detuvo su crecimiento a los dos años de edad.
El curioso caso Brooke Greenberg tuvo un triste final a los 20 años de edad, tiempo en que el que vivió «atrapada» en el cuerpo de un bebé.
Hasta el día de su muerte, Brooke seguía conservando el aspecto de un bebé: pesaba siete kilos, medía poco más de medio metro de altura, tenía dientes de leche y no hablaba, Además, su comportamiento coincidía con su aspecto físico. Sin embargo, había sufrido enfermedades más propias de una persona de edad avanzada: infartos cerebrales, úlceras y problemas respiratorios.
“Mientras el mundo exterior quizás solo prestaba atención al aspecto físico de Brooke y se sentía extrañado por su desarrollo singular, trajo alegría y amor a su familia”. Manifestó el rabino Andrew Busch, quien dio el discurso de su funeral.
El caso de Brooke Greenberg fue bautizado como el síndrome X, y fue investigado por la Universidad del Sur de Florida, que tenía interés por el funcionamiento de sus genes y hallar respuestas al envejecimiento humano.
“Pensamos que tiene una mutación en los genes que controlan su envejecimiento y desarrollo y por eso parece como si se hubiera quedado congelada en el tiempo”. Explicó, Richard Walker el profesor de Medicina de la Universidad de Florida.
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