Lleguen o no a la Final por el Ascenso, los Lobos consiguieron consolidarse este semestre como uno de los pocos equipos con estabilidad en el Circuito Menor, gracias al respaldo universitario de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Diez años después de que Evanivaldo Castro “Cabinho” tomara las riendas del equipo, el conjunto poblano disputa la primera Final de la Liga de Ascenso en su historia, precisamente en el torneo en que estrenó estadio.
Más allá de que logren vencer al León en el partido de vuelta este sábado, luego de un primer encuentro que terminó 3-3, los Lobos consiguieron hacerse de un nombre en la Liga que sólo cuenta con 15 clubes precisamente por su inestabilidad.
En este torneo, encontraron frutos de la filosofía que desde su origen apostó por la cantera, ya que la mayoría de sus jugadores actuales surgieron de las filas universitarias, lo cual les permite tener un plantel con un promedio de 23 años de edad.
El club poblano nació a mediados de la década de los sesenta, cuando la Federación Mexicana de Futbol lo aceptó como parte de la Tercera División Profesional, actualmente Segunda.
Sin embargo, la institución desapareció pronto y fue hasta mediados de los noventa cuando la BUAP se asoció con un par de empresarios para comprar una franquicia, también de Segunda.
Aunque tras ello el equipo volvió a desaparecer, el club resurgió en 1999 de la mano de Grupo Pegaso, propietario del Atlante, que en aquella época incluso llevó al equipo a jugadores como Luis Gabriel Rey, además del entrenador José Guadalupe Cruz, ambos actualmente miembros de Jaguares en Primera División.
Después de ello, los Lobos terminaron como un conjunto oaxaqueño, hasta que la BUAP los repatrió en 2002 con “Cabinho” en el banquillo y la idea de fomentar el deporte universitario.
Un año después lograron el ascenso a la entonces Primera A de manera administrativa, gracias a la desaparición del Tijuana en ese último circuito.
Hoy, para que el objetivo de llegar a Primera División se cumpla, los poblanos deberán vencer al León en la Final del Clausura 2012 y posteriormente a Correcaminos en la Final por el Ascenso.
Pero antes de que eso se decida, los Lobos ya cuentan con la infraestructura necesaria, pues su nuevo estadio, cuya reconstrucción fue patrocinada por la BUAP, cuenta con capacidad para 23 mil espectadores, requisito indispensable en la FMF para ser considerado inmueble de Primera.
Además, su actual DT, Sergio Orduña, ya conoce de ascensos pues lo consiguió en 2008 con los Indios de Ciudad Juárez. Así, el destino de los Lobos para el próximo año se definirá este fin de semana. Sin embargo, su futuro a mediano plazo no deberá variar si mantienen la estructura y alimentan más el sueño de competirle a La Franja también como cuadro del Máximo Circuito.
[MEDIOTIEMPO]