Ciudad Victoria, Tamaulipas.-Dolor, impotencia, lágrimas, silencios prolongados, desesperación… así fue despedido por familiares y amigos, Héctor Alejandro, el niño que falleció víctima de ‘bullying’. Playeras y globos blancos acompañaron el cortejo del menor, un caso que ha causado indignación en el país. Los acompañantes exigen justicia a las autoridades, pero guardaron silencio en señal de respeto cuando la carrosa ingresó al panteón Jardpines del Recuerdo, Parque Funeral.
Un emotivo adiós recibió el estudiante de primer grado de secundaria, Héctor Alejandro Méndez Ramírez, durante su velorio y en su sepelio para llegar a lo que se convirtió en su última morada.
Luego de ser víctima de bullying, caso que conmocionó a la población tamaulipeca y otras regiones incluso fuera de México, no sólo por la gravedad de los hechos sino de la humanidad y bondad de otorgar vida con la donación de sus órganos.
Largas fueron las horas para los padres del estudiante fallecido, la señora Rebeca Ramírez y el señor Javier Méndez Vargas, sus familiares y amigos, ver el cuerpo del alumno, postrado, inerte.
Poco antes de las 14:00 horas partió el cortejo fúnebre, una importante cantidad de vehículos seguían la carroza que trasladaba al menor de tan sólo 12 años de edad, varios kilómetros y minutos duró el recorrido por la ciudad que lo vio nacer y también morir.
Casi a las 15:00 horas, la sirena de la patrulla de tránsito que encabezaba la columna vehicular anunció la llegada de Héctor Alejandro al Panteón, «jardín del Reencuentro», decenas de personas, familiares, amigos y hasta desconocidos que supieron del caso y se sumaron al duelo de la Familia Méndez Ramírez.
Funcionarios y servidores públicos también estaban presentes para coadyuvar en lo que requiriera la familia.
Vestidos de blanco, con globos y flores dieron el último adiós al adolescente, que con su muerte llama a la reflexión sobre la violencia que vive la sociedad y en específico los estudiantes, en sus diferentes grados.
Los sentimientos de dolor, impotencia, conjugados con lágrimas, silencios prolongados caracterizaron por cientos de metros el recorrido de la carroza hasta la tumba que será el nicho de los restos humanos del estudiante de primero de secundaria, Héctor Alejandro Méndez Ramírez.
[Excelsior]