El caso de Michael De Beyer, dueño del restaurante Kaiserhof, y de la mesera Brittany Mathis, nos cuenta que entre jefes y empleados puede existir compañerismo pero sobre todo, humanidad.
La mesera de 19 años trabaja en el restaurante en venta ubicado en Texas, pero hace algunos meses comenzó a sentir dolor en una pierna. “Me dijeron que tenía problemas de coagulación en la sangre, me hicieron varias pruebas y determinaron que tenía un tumor cerebral”, cuenta la chica.
Mathis no cuenta con ningún seguro de vida y tampoco tiene posibilidades de pagar un tratamiento médico por lo que no puede saber si el tumor es benigno o de alto riesgo.
“No podía quedarme con los brazos cruzados”, dijo De Beyer, quien decidió poner en venta el restaurante y donar el dinero a la joven. El empresario no cree que el restaurante de la autopista de Montgomery valga más de 2 millones de dólares, pero espera encontrar pronto a un comprador para apoyar a Mathis.
«Nunca pensé que alguien pudiera hacer eso y lo hizo y eso me hace sentir muy bien», confesó la chica.
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