El increíble desenlace ocurrió en la localidad británica de Derby. Allí, un presunto ladrón fue encontrado muerto en la chimenea de una casa que pretendía ingresar. El cadáver estuvo atrapado en el lugar durante seis semanas.

Kevin Gough de 43 años, fue encontrado un mes y medio después de su muerte en avanzado estado de descomposición, metido de cabeza en una chimenea de ladrillos de una casa que funcionaba como oficina de abogados.

El cuerpo fue hallado por un grupo de constructores que llevaba a cabo reparaciones en el edificio. Antes de ser descubierto, el personal de la firma de abogados había notado que desde ese sitio provenía un olor nauseabundo y habían moscas, por lo que habian resuelto contactar una compañía de control de plagas.

Los médicos forenses aseguraron que el ladrón en un intento por entrar, habría quedado atrapado, perdiendo el conocimiento y muriendo en pocos minutos debido a la falta de aire.

La chimenea había sido bloqueada en la parte inferior, por lo tanto se deduce que el sujeto se dio cuenta de que no había manera de ingresar cuando ya estaba atascado. A eso se le suma que el reducido espacio no le permitió emitir sonido alguno para pedir ayuda.

Las investigaciones revelaron que Gough estaba siendo buscado por la policía por el presunto robo en un comercio cercano al lugar donde murió.

[La Patilla]