‘Javi Noble’ nos cuenta la historia de su vida; desde que era vocero de arroz en el súper, hasta ahora que la gente lo para en la calle
De estudiante de marketing en Aguascalientes a probablemente una de las estrellas nacionales más aplaudidas de los últimos años en tan sólo una buena decisión.
Y es que como diría Reyli Barba (a quien me duele un poco citar)…así es la vida de caprichosa.
No hay mejor palabra para describir a Luis Gerardo que «cool». Tiene un estilo relajado, una vibra más abierta que un compás y todo un bagaje cultural en cine, literatura, televisión y teatro, que simplemente citarlo en un Starbucks no iba a ser suficiente.
Luis llegó tal como me lo esperaba. Gorrito de tela, camisa de mezclilla, jeans, cero pretenciones. La fama no se le ha subido…al menos no al clóset. Precisamente «la fama» era uno de los temas en mi lista a tocar con él; pero mucho antes de siquiera poder empezar la charla sobre si lo reconocen o no en la calle, lo tratan como a una estrella después de ‘Los Nobles’ o no, una fan lo reconoció entre los posters de César Costa y Alberto Vázquez, lo tomó del hombro y al más puro estilo «selfie» se retrató con él.
«Yo siento mucho cariño del público. Es algo muy extraño que yo nunca había experimentado», me cuenta luego de despedirse amablemente de su seguidora, «No es esta cosa de quiero una foto conmigo, sino quiero hablar contigo y te quiero abrazar. Donde me paro la gente tiene una historia que compartirme».
¿Y no lo encuentras incómodo?
«Al principio me sacaba de onda porque era algo muy nuevo para mí. Yo siempre he sido un actor muy independiente, no hago mucha televisión y si hago es para Canal Once, y teatro independiente. ¡Y de pronto una película que hice se convirtió en la cosa más pop del universo! Y yo no estoy acostumbrado a ese nivel de atención. Con el tiempo lo he ido aprendiendo a manejar mejor y a disfrutarlo».
Luis Gerardo Méndez no siempre supo que quería ser actor. De hecho, comenzó sus estudios en marketing en el TEC de Monterrey de Aguascalientes y fue ahí que organizó una treta para escapar a la Ciudad de México y probar suerte en la industria del entretenimiento. Todo empezó con una pequeña mentira blanca a sus padres: «Les dije que había leído que mi carrera estaba mucho mejor en México, y ellos me creyeron; pero la realidad es que yo quería estudiar en las tardes acá, para poder estudiar actuación en las mañanas o hacer castings. ¡No sé ni qué estaba pensando!»
La realidad tiene divertidas formas de hacernos ver exactamente en qué clase de cueva de lobo nos acabamos de meter, y en el caso de Luis esa demostración vino en la forma de los trabajos más rudimentarios. Luego de ganarse la vida como locutor de radio en Aguascalientes y haber ahorrado lo suficiente para un par de meses de renta en la capital, Luis se enfrentó a la dura realidad conocida como «el dinero no crece en los árboles».
«Hubo un mes donde yo no tenía para pagar la renta porque se me habían acabado mis ahorros –y no les iba a pedir dinero a mis papás porque era ir en contra de mí (yo era muy orgulloso)– y tuve que hacer cosas…Por ejemplo, me hablaron para ser vocero en un Wal-Mart y anunciar arroz Verde Valle, ¿me explico? Yo decía, ‘¿Qué estoy haciendo aquí anunciando arroz cuando yo tenía un trabajo increíble en Aguascalientes?».
Los que vieron ‘Nosotros los Nobles’, sabrán que su icónico personaje, ‘Javi Noble’ era todo menos un «chambitas» capaz de sostenerse sin la ayuda económica de sus padres. De ahí el «¡Imagínate a un mirrey vendiendo arroz en Wal-Mart!», que terminó por no ser título de esta historia.
De niño llegó a tocar la guitarra, pero ya no lo hace. Suficientes platillos tiene en su mantel como para agregar «músico» a la mezcla. Curiosamente su nombre sí comenzó a hacer olas gracias al teatro musical. Con una pequeña obra llamada ‘Hoy No Me Puedo Levantar’.
Erróneamente viví muchos años engañado creyendo que el canto era una de las grandes pasiones de aquél que, en ese entonces, yo simplemente conocía como «Colate». «Me gusta mucho cantar en algún proyecto y en los karaokes cuando estoy muy borracho», me confiesa entre risas. Es decir, la afinación es su don, pero no su fuerte.
¿Entonces cómo fue que acabaste en ‘Hoy No Me Puedo Levantar’?
«Me dijeron, queremos que hagas el casting de un musical de Mecano –en ese momento yo era súper intenso y medio de izquierda– y decía, ¿cómo voy a hacer un musical de Mecano? Yo estaba haciendo David Mamet y cosas así rojillas», me cuenta como el que recuerda un pasado que ya no le calza del todo. «Siempre digo que soy muy de impulsos. Yo decía que ‘no’, pero había como un impulso vital que me decía ‘tienes que hacer esa audición’. No sabía por qué, pero sabía que tenía que hacerlo».
Fue ahí que aprendió a cantar. Nacho Cano le dio tres semanas para educarse la voz y Luis Gerardo, tan neurótico como es, no iba a quedarle mal. Al final fue una de las mejores decisiones que pudo haber tomado en su carrera. «Como ahorita me dicen ‘Javi’ antes me decían ‘Colate'». Y yo lo recuerdo, yo era uno de los que lo hacía.
Claro que ahora también soy uno de los que lo reconoce como ‘Javi Noble’.
Este 2013 será por siempre recordado por Luis Gerardo como el año en que su nombre arrasó con una nación. Rompiendo el récord como la película más vista en la historia de México, el personaje mirrey que interpretó en ‘Nosotros Los Nobles’ tuvo el impacto de una bomba de neutrones. Ahora, Luis es el tipo de persona al que desconocidos paran en la calle para pedirle fotos. En el 2012, no lo era.
¿Te imaginabas el éxito que iba a tener la película?
«Broméabamos con llegar a los 100 millones de pesos en taquilla. Yo le decía a Gary, ‘Si llegamos a 100 millones, me vas a comprar un coche’ y él me decía ‘Sí, sí’. ¡Y cuál! Realmente me tendría que haber dado tres y medio».
Éxito taquillero-económico aparte, para Luis Gerardo Méndez el verdadero valor de la película se encuentra en lo que nos ha dejado como mexicanos. «Me da mucha risa meterme a Instagram o Facebook y ver mis fotos de memes por todos lados. Quiero hacer una recopilación e imprimir un cuadro en mi sala. Que Javi Noble esté proponiendo ideas para ir al Mundial o para evitar las inundaciones me parece muy divertido.
Antes de romper cualquier récord, Gary Alazraki le confesó en un viaje de esquí que estaría satisfecho con el éxito de ‘Los Nobles’ cuando la gente se empezara a disfrazar de Javi y Barbie Noble para Halloween. Estamos a un mes de descubrir si va a suceder, pero yo podría poner mis fichas en la casilla que diga «¡Sí!». ¿Adolescentes con el traje de mesera de Karla Souza y aspirantes a mirreyes cargando «la cuba más grande del mundo» a la fiesta? No se necesita ser un oráculo para saber que sucederá. Estamos hablando de la película que ya provocó remakes en España, la India y Chile.
Gary y Luis no tienen nada de qué preocuparse. En el caso de Luis, probablemente no lo tiene el resto de sus días; después de todo, como le comento, su nombre ya lleva una acotación. Es Luis Gerardo «Javi Noble» Méndez. Y ésas no suceden a menos que hayas dejado huella.
«Yo siempre pienso que mi carrera es un coche y que lo voy manejando y me gusta ir dando volantazos para que la gente se saque de onda», explica. Su más reciente volantazo fue en dirección de ‘No sé si cortarme las venas o dejármelas largas’, donde representa a un closetero diseñador de modas, y su próximo será en teatro con la puesta ‘El curioso incidente del perro a media noche’ donde regresa a la adolescencia con un personaje quince años menor que él que sufre de síndrome de Asperger.
La historia de Luis Gerardo está repleta de subidas, bajadas, curvas peligrosas y las carreteras que le faltan por tomar; aunque ahora parece que simplemente va en subida, pero a pesar de que suene a lugar común él acepta con una sonrisa: «Volteas para atrás y dices, más importante que estar trepado aquí en esta montaña…fue el camino que recorrí».
La historia de Luis Gerardo Méndez es una que poco a poco ha ido llenando las paredes en el museo de nuestra cultura pop, y lo mejor del caso es que apenas hemos visitado la sala uno.
[Quien]