El cineasta Morgan Spurlock, conocido por sus combativos filmes de denuncia, defiende ahora su documental sobre La Boy Band
Los One Direction presentaron ayer This Is Us, un documental dedicado a sus seguidoras que refleja la rutina de ensayos, bromas y legiones de fans que acompañan al carismático quinteto británico durante una gira mundial.
Pese a su juventud, son protagonistas de uno de los mayores éxitos musicales recientes, con dos álbumes de estudio que han vendido más de 30 millones de discos en todo el mundo y que les ha hecho ganar 63 premios. “Quería mostrar lo que son estos chicos, su sencillez y naturalidad. Son como son y no han cambiado, pese a la fama en la que viven desde hace tres años”, apuntó el director del documental, Morgan Spurlock.
Spurlock, conocido por Super Size Me (2004), un experimento alimentario sobre McDonals, defiende cómo su proyecto de la banda juvenil supone un acercamiento humano a un fenómeno global que ha sido sólo posible gracias a la tenacidad de las fans.
En este caso se dio a la tarea de convertir a los escépticos en admiradores de One Direction. “Estos muchachos son tan encantadores y tan fantásticos que los reto a ir al cine y decir que no les gustan cuando la película haya terminado”, dijo Spurlock el lunes.
El filme se estrena en las salas de cine comerciales de Londres el martes. “Tenemos las mejores fans del mundo”, aseguró Liam Payne, una opinión que comparten sus compañeros de grupo y que es repetida en el documental en varias ocasiones. “Esta película es para las fans, para que vean lo que hay detrás de cada espectáculo, para que entiendan cómo somos en realidad”, añadió Harry Styles.
One Direction surgió en 2010 como resultado del reality musical británico The X Factor, al que sus cinco integrantes se presentaron inicialmente en solitario. No se conocían y no ganaron el concurso, pero su aparición en televisión desató una locura que se ha expandido por todo el mundo. This Is Us (Esto es lo que somos) es el diario de la segunda de sus giras, iniciada en febrero pasado.
“Fue extraño estar todo ese tiempo con cámaras alrededor”, comentó Styles, mientras el director explicaba los pormenores de una grabación que se realizó principalmente entre Londres, Tokio, México, Nueva York, los fiordos noruegos o Ghana.
Las risas y bromas que se dedica el grupo son manifiestas y, aunque van acumulando experiencia mediática, acuden a la rueda de prensa tímidos y titubeantes e incluso con sonrojo en el caso de Niall Horan, aunque las preguntas personales se dirigen a Malik.
Suyo es el momento más emotivo de este documental “sin sexo ni drogas, más bien familiar” de hora y media de duración, que muestra una conversación privada con su madre justo después de que ella entra por primera vez en la casa que acaba de comprarle su hijo, tras una vida llena de penurias.
“Se trataba no sólo de mostrar sus actuaciones musicales, sino cómo son y cómo es su relación con sus familias. Fue complicado porque tienes poco tiempo en el metraje para aglutinar todas las historias”, explicó Spurlock.
Hasta en Palestina
En el montaje final tuvieron un papel decisivo los chicos, que escogieron imágenes simpáticas en hoteles y anécdotas viajeras para intercalar los fragmentos dedicados a entrevistas, conciertos y grabación de canciones, que ocupan el 60 por ciento del documental.
[El Universal]