Un médico de Texas está siendo investigado tras ser acusado por sus asistentes de realizar abortos ilegales en embarazos avanzados y matar a los fetos con sus propias manos, informan medios locales.
El caso del doctor Douglas Karpen, de la Clínica para Mujeres Aaron de Houston, sale a la luz pocos días después de que el médico Kermit Gosnell, de Filadelfia, fuera condenado a dos cadenas perpetuas por abortos ilegales y asesinato de recién nacidos.
En 2011, Karpen practicó abortos a mujeres que se encontraban en estados de gestación muy avanzados, algunas de ellas en la 24ª semana del embarazo, cuando los fetos ya eran tan grandes que el médico tenía que «sacarlo del útero a pedazos», según denuncia Deborah Edge, una de sus ex asistentes que sale en el vídeo publicado por la organización antiabortista Operation Rescue.
La sanitaria cuenta turbadores detalles de las operaciones, revelando que Karpen mataba a los fetos «rompiéndoles la médula espinal», «introduciéndoles algún instrumento» en la cabeza, o que directamente los «degollaba retorciéndoles la cabeza con las manos».
Otra testigo, Gigi Aguliar, contó un horripilante caso en el que Karpen «pensaba que [el feto] ya estaba muerto pero este de repente abrió los ojos y agarró el dedo» del médico. Sin embargo, ese bebé prematuro no evitó el destino de muchos otros en esa clínica, cuyo número aún no ha sido determinado.
De acuerdo con las declaraciones de la enfermera Krystal Rodriguez, Douglas Karpen aceptaba practicar abortos a mujeres en el sexto mes de embarazo si podían pagar los 4.000 o 5.000 dólares que cobraba por las operaciones.
Las tres sanitarias que conversaron con Operation Rescue confiesan que «les caían las lágrimas» al ver esas sangrientas escenas, pero que no sabían que se trataba de algo ilegal.
La Fiscalía del Condado de Harris, Texas, ha abierto la investigación sobre los acontecimientos denunciados.
[Actualidad RT]