Científicos afirman que un sismo masivo y un tsunami sacudirán, pronto, la costa noroeste de Estados Unidos, dejando más de 10 mil muertos, la inundación completa de las ciudades y un daño económico de casi 32 mil millones de dólares.
Así lo anuncia un alarmante informe publicado por el instituto Oregon Seismic Safety Policy Advisory Commission, donde se advierte sobre las consecuencias espantosas del temblor, que es inminente. Ocurrirá en cualquier momento.
Con la intención de prepararse adecuadamente para la catástrofe, la legislatura del estado de Oregón ordenó hacer este estudio, mismo que fue presentado por 150 expertos en el tema ante los legisladores.
El último sismo de magnitud alta (8,7 – 9,2) en la región ocurrió en 1700.
Según los científicos, hay un 100% de posibilidades de que el terremoto sacuda la región, pero no se sabe cuándo, anunciaron.
«Este terremoto nos golpeará de nuevo», dijo Kent Yu, ingeniero y jefe de la Oregon Seismic Safety Policy Advisory Commission, a los legisladores. «Sólo es cuestión de cuán pronto».
Jay Wilson, vicepresidente de la comisión, visitó Japón y dijo que se vio profundamente estremecido mientras recorría a través de los pueblos arrasados por el tsunami».»
«Es como si esas comunidades fueran pueblos fantasma, dijo el también trabajador del departamento de emergencias del condado de Clackamas.
Wilson dijo a los lesgisladores que hubo un evento similar 313 años atrás, al Noroeste del Pacífico, y precisó: «estamos en el umbral de que eso vuelva a suceder».
Sue Graves, coordinadora de seguridad del Distrito Escolar del condado de Lincoln, dijo a los legisladores que los estudiantes de preparatoria en su jurisprudencia toman clases que enseñan técnicas de supervivencia en caso de terremoto.
Los habitantes de Oregón deben estar siempre preparados para el sismo.
«Al ser individualistas, los habitantes de Oregón están poco preparados», dice Maree Wacker, director ejecutivo de la Cruz Roja Americana en Oregón.
Junto con el tsunami, el movimiento telúrico podría dejar a la gente sin agua, electricidad, calefacción, servicio telefónico e incluso gasolina.
Después de la catástrofe de 2011 en Japón, los legisladores de Oregón siguen inquietos de que el mismo desastre pueda ocurrir en su estado.
Según el informe de la mencionada comisión, geográficamente, Japón y Oregón son parecidos. Sin embargo, los japoneses estaban más preparados ante la catástrofe que ahora los estadounidenses.
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