El cantante aseguró que prefiere retirarse como lo hacen los boxeadores o futbolistas cuando están todavía en un buen momento

Decir adiós no resulta fácil, pero es el sentido de profesionalismo lo que impulsa al retiro al más grande exponente de la música ranchera de las últimas décadas. El 14 y 15 de diciembre, Vicente Fernández cantará por última vez en su tierra, pero para su despedida definitiva tiene planes en grande.

Primero se especuló que el Palenque de las Fiestas de Octubre en Guadalajara sería el último lugar en donde se presenciaría una actuación del cantante; después, se confirmaron un par de fechas más en la Arena VFG; sin embargo, El Charro de Huentitán  adelantó que pondrá punto final a su romance con los escenarios en el Zócalo capitalino o en el Estadio Azteca, en un concierto que inmortalizará en video.

“Cuando me preguntan por qué (me retiro), siempre pongo de ejemplo a los boxeadores, a los toreros y a los futbolistas. Cuando van con una corona invictos, lo ideal es retirarse así. Yo me llevo una corona sin brillantes, sin nada, pero me la llevo llena del cariño que me ha dado el público.

“No sé todavía si sea el Estadio o sea el Zócalo (el último escenario), pero quiero que sea para mucha gente. Ése sí lo quiero grabar para el recuerdo y para dárselo a la compañía, como cuando hicimos el Foro Sol Alejandro y yo”, confirmó.

Las presentaciones emotivas y transpiradas que Vicente ofreció en el Palenque, demostraron que la voz y la entereza del intérprete de 72 años siguen intactas. No obstante, él ha decidido tirar la toalla con la frente en alto y con la alegría de haberse entregado en cada concierto.

“Son muchos años, es mucha fidelidad del público para conmigo y yo trato de dar lo mejor en cada espectáculo. La verdad, no estoy cansado físicamente, a mí lo que me cansa son los vuelos. Ahora que viajé a Centro y Sudamérica eran muchas horas de vuelo y tres o cuatro conciertos por semana, eso es lo que me agota, pero cantar no.
“Creo que he cumplido perfectamente bien con mi trabajo, con mi público y no tengo por qué estar triste. Eso sí, voy a llorar y voy a añorar los aplausos, voy a extrañar muchas cosas, sobre todo el cariño de la gente”, expresó.

Llegar a la cima y mantenerse ahí, es una hazaña que pocos artistas logran. Para Chente, cada sacrificio que ha sufrido a lo largo de su trayectoria ha valido la pena.

“Si volviera a nacer y volviera a tener la misma oportunidad, volvería a seguir la misma carrera. Hay muchas cosas que ustedes ignoran: una gente como yo se tiene que privar de sexo, de comer, dedicarse a hacer ejercicio si quieres salir al público y que te vean como un señor.

“La medicina más efectiva que hay para los cantantes es descansar. Por ejemplo, terminé anoche aquí y me fui a la casa, desperté, desayuné, me volví a dormir, me baño, regreso y otra vez a la cama. Esa es la medicina más efectiva”.)

[Milenio]