Habitar en la zona más exclusiva del olimpo, esa que tiene acabados en oro, no es suficiente cuando se trata de laSelección Mexicana absoluta.
La sentencia emana de la boca del propio José Manuel de la Torre. Convocó a ocho de los hombres que llegaron a lo más alto del podio londinense (cinco son categoría Sub-23), pero les advierte que deberán aportar “lo mismo que todos los demás: su total entrega y capacidad para poder hacer buenos partidos, ganarlos”.
“Una cosa es Selección Sub-23, que ya terminó ese proceso olímpico, y otra es Selección Nacional”, agrega.
Israel Jiménez, Hiram Mier, Dárvin Chávez, Javier Aquino y Marco Fabián, son los principales destinatarios del mensaje, aunque también aplica para José de Jesús Corona, Carlos Salcido y Oribe Peralta, refuerzos en los XXX Juegos Olímpicos.
De éstos tres, El Cepillo no es parte de la alineación tipo en el representativo mayor, al igual que la quinteta de chicos, quienes presumen estar listos para la mutación.
“Puede ser difícil [estar en el Tricolor absoluto], es diferente”, reconoce Fabián. “Ya estás a un lado de jugadores con mucha más experiencia”.
“Como joven, uno gana en liderazgo. [Hay que tratar] de sobresalir y más en la posición en la que juego. No le tengo miedo a los retos ni a tomar esa responsabilidad. Lo hago con todo el orden y actitud”.
Discurso que ejemplifica la valentía que caracteriza a un grupo que hizo historia, aunque De la Torre no está de acuerdo con calificarlos como la generación que modificó los hábitos del balompié nacional.
“En todos los procesos se ha tenido la misma mentalidad y eso ha sido bastante satisfactorio para todos”, asegura. “Desde las Selecciones Menores hasta la mayor ha sido lo mismo: se ha trabajado muy fuerte, insistiendo en conceptos claros, básicos, en los cuales sustentamos todo nuestro futbol”.
“No viene de ahora, sino de hace tiempo, y nos da una gran satisfacción [la medalla áurea], pero ya pasó. Hay que pensar en lo que estamos haciendo para el siguiente compromiso. Estamos con la firme idea de ir a ganar en cualquier lugar”.
Filosofía complementada con la premisa de jugar bien.
Como cualquier entrenador, El Chepo prioriza triunfar, aunque la diferencia radica en que para él, es fundamental hacerlo con una adecuada expresión estética, sello distintivo durante el proceso que lidera, ese en el que el siguiente paso es amarrar el boleto para la última etapa eliminatoria.
La Selección Mexicana ocupa el primer lugar del Grupo B, con seis unidades. Sumar otra media docena, ante Costa Rica, la instalará en la siguiente ronda.
“Estamos cerca de lograr lo que pretendemos, que es clasificar al hexagonal”, recuerda. “Tenemos esta jornada doble, que es importante y, si conseguimos buenos resultados, podemos estar muy cerca. Eso es lo que nos interesa principalmente”.
“Consecuentemente, mediante un futbol adecuado, bien estructurado, lo cual generalmente hacemos, pero hay que terminar bien los partidos, con un resultado favorable”.
Obligación para todos, sin importar que su hoja curricular presuma o no el oro olímpico.
[Central Deportiva]