Con una “cooperacha”, los árbitros de Primera División salieron al rescate de su compañero Juan Genaro Medrano, quien padece leucemia y no ha recibido algún tipo de apoyo por parte de la Federación Mexicana de Futbol y su Comisión de Árbitros.
Justo cuando se planea una nueva Liga, Medrano sufre el abandono por parte de los dirigentes de su gremio, quienes al enterarse de su situación primero que nada le preguntaron si haría público el caso.
Sin dirigir en el Máximo Circuito desde hace seis meses, Medrano debió refugiarse en los encuentros «llaneros» de las Ligas amateurs en Guanajuato para ganar algo de dinero y mantener a su familia, a la espera de pasar los exámenes físicos que le permitieran volver a pitar en Primera.
Pero hace tres semanas, cuando su cuerpo no dio para más, dejó de entrenar. Mediante un examen de sangre le diagnosticaron anemia y más tarde le realizaron una biopsia de médula, a partir de la cual le detectaron la leucemia en segundo grado, de un máximo de siete.
“Con la anemia el doctor le dijo: ‘¿sabes qué?, yo no entiendo cómo estás de pie y cómo me dices que entrenas todos los días a las 7:30 de la mañana’”, le contó a Medio Tiempo una fuente cercana al árbitro.
Medrano y su familia se mudaron de Ciudad Juárez a Irapuato hace aproximadamente 10 meses como parte de las exigencias de la Comisión de Árbitros, que creó cinco “Súper Delegaciones” en distintos puntos del país para concentrar a sus elementos. Cinco meses después de cambiar de residencia reprobó las pruebas físicas, que tampoco superó en enero pasado.
Hace año y medio pesaba 76 kilos, hoy sólo 62. De 21 por ciento de grasa corporal ahora sólo cuenta con 11 por ciento.
“Es un palo vestido, tal cual. Es un cadáver”, agregó la fuente.
Los miembros del gremio arbitral que lo han apoyado están seguros de que la anemia fue producto de una mala alimentación, la que a su vez fue consecuencia de su afán por perder peso y cumplir con los requisitos para ser silbante de Primera.
De hecho, hay quien asegura que varios silbantes y asistentes deben recurrir a suplementos alimenticios o a productos “milagro” para mantenerse en peso y forma.
También afirman que Medrano nunca fue sometido a una revisión médica después de reprobar las pruebas físicas de noviembre y enero pasados.
Bajo esas condiciones, los árbitros centrales aportarán 500 pesos mensuales, por 300 de los árbitros asistentes, para al menos ofrecerle 15 mil pesos cada 30 días y evitar que Medrano se preocupe por el sustento de su familia.
SUFREN CON LAS PRUEBAS
Juan Genaro Medrano no es el único que padece por las altas exigencias de la Comisión de Árbitros para cumplir con los parámetros físicos.
El martes pasado, todos los silbantes fueron sometidos a estos exámenes en la Ciudad de México, al medio día, con altos porcentajes de humedad y temperatura, al final de los cuales Marco Antonio Rodríguez tuvo que ser auxiliado para no caer porque parecía desvanecerse en el sprint final, según relató un testigo de la escena.
Este último prefirió el anonimato porque recordó que en la Comisión existe una “Ley Mordaza”, bien vigilada por el Director Ejecutivo, Rafael Mancilla, quien opaca al titular del organismo.
Antes de ello, el silbante Jaime Herrera debió retirarse del arbitraje por no cumplir con los parámetros en las pruebas, en una de las cuales sufrió una taquicardia y debió ir al hospital.
Las “formas” de la Comisión de Árbitros tampoco son desconocidas por Paul Delgadillo, quien hace un par de meses fue obligado a viajar de Guadalajara al D.F., a pesar de que padecía una sinusitis por la que incluso tuvo que internarse en el hospital Médica Sur durante su estancia capitalina.
PECULIARES EXIGENCIAS
Antes del Apertura 2011, la Comisión de Silbantes creó cinco «Súper Delegaciones» para concentrar a sus miembros, muchos de los cuales se vieron obligados a cambiar de residencia.
Ello sin recibir un sueldo fijo, pues la estancia en alguna de estas ciudades (D.F., Guadalajara, Monterrey, Irapuato y Aguascalientes) únicamente les permite mantenerse como candidatos para figurar en las designaciones arbitrales de cada jornada, única garantía de recibir un pago.
A esta exigencia se suma la de las pruebas físicas, más rigurosas que en FIFA. Esta última pide que los árbitros completen 10 vueltas a una pista olímpica de 400 metros en distintos intervalos. Primero con un sprint de 150 metros, luego con 50 metros de caminata en 35 segundos para recuperación. Esto, repetido un par de veces para completar una de las 10 vueltas.
En México, las pruebas consisten en 12 vueltas a la pista, además de que el tiempo de caminata para recuperación se reduce de 35 a 30 segundos.
[MEDIOTIEMPO]