Este camino de baldosas amarillas no conduce a “Ciudad Esmeralda”. Termina en Londres, justo delante de la puerta principal del Olimpo.
Al igual que la pequeña Dorothy Gale, en el inmortal cuento El Maravilloso Mago de Oz (escrito por Lyman Frank Baum en 1900), los chicos dirigidos por Luis Fernando Tena quieren volver a casa, pero con el boleto a la máxima justa deportiva del planeta en la mano.
Ironías de la vida. Aquella niña deseaba regresar a Kansas, ciudad en la que el Tricolor intentará sortear hoy el último obstáculo en su camino amarillo. No se trata de brujas, mucho menos furiosos manzanos o monos voladores… Es la férrea selección Sub-23 de Canadá.
El Tricolor no ha cedido unidad alguna en el actual Preolímpico; no obstante, quienes lo integran están conscientes de que deben jugar el partido de sus vidas para clasificar a la justa británica.
“Sí, es el más importante de nuestras vidas, porque no se ha ganado algo”, sentencia el capitán Hiram Mier. “Nos llevamos nueve puntos (durante la fase grupal), pero nada está escrito. Hay que pelear a muerte ese partido y trabajarlo, para salir con la victoria”.
Derrotar a los canadienses les significará llegar al final de un sendero plagado de adversidades, como aquel que fue recorrido por Dorothy y sus amigos. El cotejo por el título del selectivo, a celebrarse pasado mañana, sería un bonus track en la aventura.
Marco Fabián reconoce que el duelo de esta noche, en el moderno Livestrong Sporting Park, “significa mucho en nuestras vidas, lo hemos hablado. Estamos conscientes de lo que nos jugamos”.
“Es el partido más importante y, como tal, hay que jugarlo… A ganar”, complementa el habilidoso atacante. “Estamos más cerquita que nunca, pero todavía no lo tenemos con nosotros, así es que hay que dejar todo en la cancha, morirse dentro de ésta, y tratar de conseguir el boleto, que es a lo que venimos”.
Las historias futbolísticas de todos apenas están en sus primeros capítulos, lo que no les impide admitir la relevancia que tendrá este encuentro durante su trayectoria en las canchas.
“Por supuesto que es el juego de nuestras vidas”, subraya el volante Miguel Ponce. “Tenemos poco tiempo en esto y buscar el boleto a unos Juegos Olímpicos es muy bueno para todos nosotros”.
“Es el [duelo] más importante, el que nos puede dar el pase a Londres. Debemos hacer un partido perfecto”.
No desesperarse resultará clave, aún si la situación se complica, tal como lo hizo aquella pequeñina oriunda del centro de Estados Unidos.
La Selección Mexicana es la única con paso inmaculado en el certamen, cosecha que les otorga confianza. Se consideran el mejor equipo del torneo. Sólo les resta confirmarlo a la hora cero.
“Eso lo estamos haciendo poco a poco, demostrando en la cancha”, presume el arquero Liborio Sánchez. “Mi equipo se encarga de hacer las cosas en el terreno de juego, lo que da tranquilidad”.
Les falta muy poco para llegar al final de este peculiar camino de baldosas amarillas. Una prueba más y habrán emulado a la famosa Dorothy, aunque ellos despertarán en las anheladas tierras olímpicas.