En el terreno legal, Thelma Herrera da la cara por los futbolistas.
Thelma Herrera, abogada de carácter fuerte, “como muchas mujeres en este país”, atlantista y admiradora de Beatriz Paredes y Josefina Vázquez Mota, da la cara por los hombres, defiende sus intereses y siempre gana.
“Me encanta, me encanta, me encanta [defender a los futbolistas]. Ellos que chuten el balón y ya yo me encargo de lo demás. Nada de que yo soy una mujer y cómo es posible que la mujer sepa más, si yo soy un directivo. La verdad es que hay gente que ha tomado muy bien lo que he tratado de hacer por ellos y me lo siguen agradeciendo en todo momento”, afirma.
Llegó al terreno balompédico, porque el ex portero Adolfo Ríos le pidió que llevara su caso y lo ayudara a cobrar la transferencia de Veracruz a Necaxa en 1997. Salió victoriosa.
Desde entonces ha litigado en conflictos de falta de pagos por sumas millonarias; pero el caso que más le dejó huella a Herrera es el de los “naturalizados” como Miguel Larrosa, Pablo Caballero y Juan Manuel Sandoná, quienes fueron acusados de utilizar documentos falsos para jugar como tales en México “y los libré de la cárcel”.
“Es algo que nadie me va a quitar, el gusto de poder defender a estos muchachos, de lograr que la gente entendiera que eran muchachos que estaban afuera, eran extranjeros y que no sabían lo que estaban haciendo. Entonces, poder librar a esa gente de pisar la cárcel, aunque fueron desafiliados de por vida, fue una gran satisfacción, es el caso que más me ha marcado”, recuerda.
—¿Es difícil ganarse ese respeto y abrirse las puertas en el mundo del futbol mexicano?
“Es difícil, hay que darle respeto a todo el mundo. No soy monedita de oro, yo sé perfectamente que mucha gente me quiere y también que a mucha gente no le caigo bien; y de corazón lo digo, que tampoco me interesa. He tocado intereses que a veces no me he dado cuenta, pero todo se ha resuelto de la mejor manera posible”.
—Hay que aprender a nadar entre los tiburones del medio, también.
“Yo decía: ‘Siento que me aventé a la mitad del mar, entonces, ya vi un tiburón y lo esquivé, vi otro y también, llego a la orilla y me pisan, pero ¿por qué?”, pero bueno, todos los golpes te sirven para trabajar mejor lo tuyo. Antes me dolía mucho que hablaran y la gente que está conmigo sabe quién soy, no tiene caso, definitivamente me quedo con lo bonito que he hecho”.
“La mayoría de las cosas malas que me han sacado en los periódicos han sido mentira. Ya cuando te das cuenta de que todo el mundo habla de todo el mundo, pues lo tomas de quien viene. Yo compito conmigo misma, y con la persona que me da confianza de defenderlo. En el futbol no somos monedita de oro, gente que te quiere, que habla mal de ti, gente que te pega y que de repente dices: ‘Pero ¿por qué?’, lees en los periódicos y te quedas de qué onda. A mí, por más que me peguen, pues más fuerza me da, las cosas las tomas de quien vienen”.
Hoy, Thelma Herrera presume que, a lo largo de su carrera relacionada al futbol, se ha ganado el respeto y cariño de personajes considerados duros, como el director técnico del Morelia, Tomás Boy, a quien ya tuvo la oportunidad de defender por una acusación de falsificación de documentos.
“El que un hombre como Tomás Boy siempre esté agradecido con Thelma, eso te juro que también lo guardo en mi corazón. Siempre me dice: ‘Hola Thelmita, ¿cómo estás?’. Eso me ha dejado el futbol, el cariño de mucha gente, el reconocimiento de esos hombres de carácter tan fuerte en la cancha y que por fuera tienen un gran corazón. Una mujer puede ganarse el respeto de grandes, grandes entrenadores y como mujer, lo pude hacer y entonces me sigo llevando con ellos”.
—¿Cómo ve la situación de la mujer mexicana actualmente?
“Me encanta, perfecta. Hay muchas personas a las que yo admiro muchísimo, como la candidata del PAN a la presidencia [Josefina Vázquez Mota], como [Ana] Guevara, Beatriz Paredes, que es una mujer muy culta, muchísimas mujeres que nos han representado y créeme que yo ya veo a la par a hombre y mujer. Ellas ya pueden ocupar cualquier puesto y le puedes confiar un problema a una mujer y te lo puede solucionar igual o hasta mejor que un hombre. Todos somos mexicanos, pero podemos hacer las cosas juntos. Creo que el machismo ya se ha ido un poquito más abajo… La mujer ya está llegando a donde tenía que llegar.
[El Universal]