Gerardo Torrado, mediocampista de Cruz Azul, tuvo gran actividad en los últimos años, lo que le provocó la lesión en el muslo izquierdo que hoy lo tiene inhabilitado dos meses
En las últimas temporadas, Gerardo Torrado se convirtió en un jugador fundamental para Cruz Azul y la selección mexicana, por eso los números muestran que su promedio de partidos al año era superior a los 50; sin embargo, la intensa carga de trabajo le provocó una lesión en el muslo izquierdo que hoy le ha puesto un alto total.
Gerardo reconoce que desde hace años no ha disfrutado de un descanso prolongado, y que tal vez ésa sea la razón por la que empezó a tener problemas musculares.
“Llevo muchos años sin tener un periodo de vacaciones largo, después de jugar el torneo siempre uno tiene la aspiración de jugar en la selección y cuando estás ahí es una satisfacción muy grande, tiene sus pros y sus contras, uno es tener menos descanso y a raíz de eso ha crecido esta lesión” dijo en charla con La Afición.
Hoy, la factura que tiene que pagar parece alta, ya que el Clausura 2012 pasará al currículum como el torneo en que menos actividad haya tenido. Él lo sabe y más allá de acongojarse prefiere ver todo esto como una señal para cuidar más su organismo.
“Tenía una regularidad muy grande y eso uno lo agradece, a lo mejor es tiempo de meditar, a lo mejor por algo se me puso esto en el camino para ser consciente que me debo cuidar más en algunos aspectos. Uno quiere jugar, obviamente conforme pasan los años te debes cuidar más, debes ser más precavido con tu cuidado personal, tener más atenciones con tu cuerpo”, dijo.
Se precipitó al jugar
Fue en los últimos partidos del Apertura 2011 cuando Torrado empezó a sentir molestias en el muslo; al principio, la lesión era muy intermitente, a veces molestaba y otras desaparecía, pero con el paso de los partidos se fue agravando hasta que se convirtió en un malestar crónico. Después de la Liguilla se le operó. Al principio del Clausura 2012 se reintegró al equipo, participó en tres juegos y finalmente recayó.
Torrado admite que se precipitó al buscar volver tan rápido. “Eran los plazos que se habían planteado después de la operación, a lo mejor sí fue precipitado el que regresara, pero más o menos estábamos sobre los plazos que el médico me había dado; el dolor seguía así que no me pude rehabilitar del todo”, admitió.
Lo que no oculta es la molestia que le produce que la lesión no haya cedido con la operación de diciembre y que se haya recurrido a un segundo tratamiento.
“Sí, sí me molesta que haya recaído otra vez. En realidad era la misma lesión, después de que fui operado nunca se me fue. Se me redujo un poco el dolor, pero la molestia seguía latente, fue por ello que se decidió que me volvieran a operar. No lo tomo como lo peor de mi carrera, es parte del destino”, aceptó.
En abril, Gerardo cumplirá 33 años. Hoy sólo quiere regresar lo más pronto a Cruz Azul, y el retiro no es una opción: “me siento bastante bien, quitando este dolor que tenía, con cuerda para seguir jugando futbol”.
[La Afición]