La actriz ganadora de la estatuilla dorada asegura que ya había olvidado la sensación de recibir el trofeo
La actriz Meryl Streep considera que La dama de hierro va más allá de una historia política, pues se dedica a realizar una mirada íntima de la vida de Margaret Thatcher, la longeva y controversial primera ministra de la Unión Europea.
“La parte que más me gusta es la que hace una mirada que tiene que ver con todos, pues nos vamos a enfrentar un ajuste de cuentas con nuestras decisiones, o con nuestras vidas, las cosas que lamentamos y las cosas que pasan por alto.
“El final de la película es una especie de (catarsis) más existencial, una mirada íntima a vivir y morir. Tomar la licencia”, señaló en entrevista concedida por la distribuidora la más reciente ganadora del Oscar.
Antes de consagrarse como la ganadora a la estatuilla, recuerda que tenía años de no sentir la sensación que otorga el premio en sus manos desde hace 30 años.
“Creo que había perdido en tantas ocasiones que honestamente ya no recordaba lo que era. Ya no recuerdo si eran 14 o 15 veces las que no fui nombrada, así que podrán imaginarse, tuve muchos discursos que no pronuncié”.
El reto más grande que representó encarar este personaje fue retomar a una persona con miras imaginativas de lo que sentiría y pensaría en tres días de su vida.
“Nuestra película es acerca de tres días en la vida de una mujer muy vieja que es frágil, mentalmente afligida, viviendo en un mundo en el que los muros se permean entre el pasado y el presente”, comentó.
Este retrato no pretende ser un referente de lo que la Margaret llegó a realizar durante varios años.
“Y los dispositivos se nos abren para mirar hacia el pasado a través de sus propios ojos. No es un documental en todos los sentidos de la palabra. Es como lo que nos imaginamos acerca de que pudo haber sentido a este punto de su vida para disfrutar de un permiso de una vida muy poderosa y todas las opciones que tuvo”, aseveró.
Señaló que no pretende realizar ni un tributo ni mucho menos una recopilación estricta de lo que Thatcher era en su vida personal.
“Aunque la película no se vea en realidad como una copia biográfica, hay elementos en la película que se han creado y tomado. Muchas de las cosas políticas de Thatcher han sido tomadas para el filme”.
A sus 62 años, la mujer confiesa que aún se siente atemorizada de saber que millones de espectadores podrán acudir a ver su trabajo en cines, pero le parece muy impresionante que Thatcher haya logrado posicionarse en el mundo de la política por un tiempo tan prolongado, como “servidora pública”.
“Sé que en mi propia carrera el que aún me pueda levantar a los 62 en los negocios y hacer películas que la gente va a ver a nivel mundial es paralizador, nadie lo hubiese predicho en mis 40, así que es maravilloso”, asegura la actriz contenta por los logros obtenidos hasta el momento.
[El Universal]