Carolina Mendoza, de apenas 14 años de edad, obtiene su boleto a los Juegos Olímpicos
Tiene 14 años de edad y ya alcanzó el Olimpo. Carolina Mendoza competirá en la plataforma individual de Londres 2012, tras terminar en quinto sitio en la Copa del Mundo de la especialidad, con 346.85 unidades, y es la clavadista mexicana más joven que clasifica a la justa veraniega.
En sólo cuatro años de vivir el alto rendimiento deportivo suma fuertes experiencias. ¿La más dura? Una fractura expuesta que le dejó 15 puntadas en la cara, incontables lágrimas y el valor de regresar a una plataforma.
“Caro tuvo un accidente fuerte. En un entrenamiento se golpeó con la plataforma y tuvo una fractura expuesta de nariz… le reconstruyeron la cara”, compartió su mamá, Nadia Hernández. “Le preguntábamos si lloraba de dolor y no, en realidad lloraba porque no podía competir.
El cirujano le dijo que cuando se le cayera la última cicatriz de la operación podría entrar a la fosa, y tan pronto pasó eso, regresó a entrenar. Al mes siguiente ganó oro en el selectivo a la Olimpiada Nacional”.
Carolina demostró que pudo más el valor y el amor a los clavados que el dolor de una caída; que ni rompiéndose los huesos podría dejar de saltar. Sus esfuerzos la llevaron a la Copa del Mundo, con un logro internacional en el bolsillo: la medalla de plata en el Campeonato Panamericano Juvenil de Colombia, en 2011; hoy es la quinta mejor del mundo en la plataforma de 10 metros; a pesar de reincorporarse a este deporte a una “edad avanzada”.
“Caro tenía mucho talento. Se metió a jugar futbol, a escalar, y un día me decidí y fui al CNAR; encontré a Jorge Carreón, me dijo que estaba muy grande [acababa de cumplir 11 años], pero que se quedara a prueba.
Empezó a ir los sábados, ella me decía que quería vivir allí y el entrenador le dijo: ‘Tienes que ganártelo’; tres meses después, en agosto, ya estaba interna en el CNAR, entrenaba y estudiaba allí”, agregó Nadia.
Desde pequeña, Carolina demostró una filia al agua, que para su familia fue una preocupación, recuerda su madre.
“Caminó antes de tener un año de edad y siempre que veía una alberca o hasta una fuente, pues ¡se aventaba! Me preocupó que pudiera pasarle algo y la metí a nadar. Después de una clase pasamos por la fosa de clavados y me dijo que lo que le gustaba era aventarse. A los cinco años empezó en los clavados”.
Sin embargo, un cambio de entrenadores en el lugar donde practicaba la alejó de este deporte y se incorporó a hacer gimnasia, disciplina en que su misma madre la inició; también practicó futbol y escalada, hasta que en 2008 regresó a los clavados.
“Ella hace todos los deportes. Un entrenador de patinaje me dijo que tiene cualidades para su deporte; el profesor Raúl Barreda me dijo que para atletismo también. Ella es muy fuerte. Como mamá, me siento muy contenta y satisfecha, creo que estos logros son todo un sacrificio de familia; sacrificas vacaciones, fiestas, navidades… A mí se me hizo muy rápido, está muy pequeña y ya logró algo increíble”, concluye la orgullosa madre.
[El Universal]