Ni el dinero ni la fama han ayudado a los actores y cantantes a escapar de enfermedades físicas y mentales

Fuera de México también existen casos de celebridades que han tenido que adaptarse a ciertas condiciones de vida como le pasó a Apl.de ap, de los Black Eyed Peas, quien padece nistagmo, que se caracteriza por causar movimientos oculares de manera espontánea e involuntaria.

“Durante mucho tiempo dudaba de mí, pero me siento cómodo sin usar mi visión”, declaró el cantante, de origen filipino, cuyo nombre real es Allan Pineda Lindo. Pese a tener una visión borrosa, aseguró no tener dificultades para desempeñar su trabajo en la banda.

El aspecto físico de Richard Kiel, provocado por la acromegalia, una enfermedad causada por una secreción excesiva de la hormona del crecimiento, hizo que el actor fuera considerado para interpretar papeles en los que se aprovechaba su apariencia, como en Tiburón.

El actor de 2 metros 17 cm de altura hizo su última participación en la película Enredados, de disney, donde dio voz a Vlad.

Para algunos hablar en público puede ser tan aterrador que les provoque tartamudeo, y a otros como Bruce Willis les pasa lo contrario.

El actor de El sexto sentido declaró que en la universidad tuvo que tomar algunas terapias para erradicar su problema, que no ha desaparecido del todo, pero asegura que jamás le sucede cuando actúa.

James Earl Jones, —el actor que prestó su voz a Darth Vader en La Guerra de las Galaxias— también tuvo este problema.

Jones recuerda que fue el blanco de burlas en la escuela durante los ocho años que fue más severa la tartamudez, la cual casi desapareció gracias a la poesía.

La mente hace de las suyas

El síndrome de Asperger, considerado autismo de alto rendimiento, es un trastorno poco común y la actriz Daryl Hannah (Kill Bill) lo padece.

Éste se caracteriza por dificultar las relaciones sociales y la empatía con otras personas, lo que causó dificultades a la actriz.

“Nunca iba a programas de televisión ni a los estrenos; ir a los Oscar era muy difícil para mí, casi me desmayo al caminar por la alfombra roja. Tenía mucha fobia social, me sentía muy incómoda”, declaró Hannah, quien asegura que los ejecutivos de los estudios de Hollywood la pusieron en “lista negra”, porque su timidez le impedía devolver las llamadas que le hacían por trabajo.

Danny Glover (2012) tuvo que lidiar durante mucho tiempo con ataques de epilepsia, mismos que logró controlar gracias a una técnica de extrema concentración, por lo que asegura no ha enfrentado una crisis desde los 35 años.

La epilepsia es producida por trastornos neurológicos generando convulsiones recurrentes y Glover la enfrentó durante 20 años.

Winona Ryder fue presa de ataques de ansiedad durante varios años, en los que no sabía cómo explicarle a sus seres queridos lo que le ocurría.

La actriz estuvo internada en un hospital psiquiátrico a sus 19 años, pero lo abandonó una semana después.

“Pensé que me estaba volviendo loca, siempre fui insomne, pero estaba trabajando muchísimo, estaba muy cansada y no podía dormir. Pensé que estaba sufriendo un colapso nervioso y me interné voluntariamente”, dijo Ryder, quien fue calificada de cleptómana al ser descubierta robando cosas en dos ocasiones.

Nicole Kidman, quien también sufrió tartamudez, ha experimentado ataques de pánico cuando se presenta en una alfombra roja. “Mis manos comienzan a temblar y tengo problemas para respirar”, dijo.

[El Universal]